lunes, 1 de junio de 2009

En blanco


Esta mañana, al sonar el despertador, estaba profundamente dormida.

Tanto que, durante unos gloriosos segundos, no he sabido quién era, ni dónde estaba, ni qué hora era, y me he incorporado mirando a mi alrededor con extrañeza.

Hasta que los recuerdos volvieron, y con ellos los agobios, la tristeza, la incertidumbre y la ansiedad de las últimas semanas.

Pero, durante unos instantes, no hubo nada.

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